INTRODUCCION A LA METAPROGRAMACION

Como todos mis textos, no pretendo dar una ultima versión. Para mi, este ensayo no es mas que otro ejercicio de reflexión en última instancia y una propuesta de comunicación.

Si asumimos al ser humano, solo a los fines de explicar la metaprogramación, como una computadora, debemos entonces también suponer que es divisible en dos grandes áreas: software y hardware.

El hardware es el organismo, lo tangible, lo duro, o sea, nuestro cuerpo, nuestro sistema nervioso en su totalidad. El software es lo intangible, existe en el reino de lo virtual y su existencia aunque depende de este sustrato de materia, en realidad, existe en un limbo independiente que se actualiza cuando la electricidad recorre los circuitos del ordenador o los neurotransmisores nuestro cerebro.

El ser humano nace con un hardware que en virtud de ciertos comandos internos, ADN, se desarrolla siguiendo el plan genéticamente heredado, aunque hay muchas contingencias de las que dependerá el cumplimiento optimo de las instrucciones encerradas en el ADN.

No obstante, lo que mas nos importa a nosotros, es que nuestro desarrollo no esta predestinado completamente por nuestro ADN, por el contrario, hay mucho espacio para administrar estas instrucciones básicas y modificarlas.

Hay muchos mapas disponibles para explorar el desarrollo de los seres humanos: psicológicos, míticos, filosóficos, religiosos, etc. Yo, prefiero usar la teoría de los ocho circuitos de Leary porque es simple y practica y, como demuestra Robert Anton Wilson (RAW) en Prometheus Rising y Antero Alli en Angel Tech, es capaz de compatibilizar con otros mapas. Mi combinación favorita es con la Cabala, porque desde ésta tenemos todo una galaxia de asociaciones, gatillos y símbolos de los que valernos.

Pero antes de explorar el mapa de Leary/RAW, señalemos que el funcionamiento del hardware depende del software. Una programación deficiente no aprovechara las potencialidades del hardware, por ejemplo: si no disponemos de un driver para el scanner, el usuario no puede usarlo o el sistema operativo esta buggeado va entorpecer el funcionamiento del resto de los programas.

Y el ser humano es una biocomputadora mucho mas compleja que la mas moderna de las computadoras actuales, y si no me creen, simplemente piensen si alguien fue capaz de crear una inteligencia artificial que emule el comportamiento humano, con todos sus pros y contras. Hasta ahora, yo no se de ninguna, lo cual, me hace suponer que el hombre a pesar de ser “defectuoso” como muchos declaran, no ha dejado de ser un misterio. Todavía no hemos vivido un Apocalipsis al estilo Terminator ni Matrix.

Pero ¿que es la metaprogramación? Robert Anton Wilson suele contar un cuento de Alah Nasrudin donde este sabio sufi entra apresuradamente montado su burro a una ciudad. La cruza velozmente hasta que lo detienen en la plaza central y le preguntan: sabio Nasrudin, ¿que busca? ¿que busca?. Mi burro –contesta.

El burro de Nasrudin es el metaprogramador. Es la conciencia, el mecánico que empuja las manivelas de la maquinaria. Ser conciente que una instancia de nuestro ser es el metaprogramador es una parte esencial de todo camino místico: sufismo, budismo, yoga, cabalismo, etc. Y alcanzar el dominio sobre esta instancia es un logro que no puede ser soslayado. Si logramos alcanzar esta instancia, podemos modificar la programación de nuestra biocomputadora.

Este es el objetivo de la metaprogramación: cambiar los programas que adquirimos a lo largo de nuestra vida.

Hay muchos programas y lamentablemente, podemos sospechar, solo sospechar, que algunos pueden ser imposibles de cambiar, pero preferimos decir que esta sujeto a comprobación.

Algunos programas solo contienen información que adquirimos mediante el estudio auto motivado: universidad, aficiones, lecturas, etc, o sea programas adquiridos mediante estudio voluntario. Otros programas fueron inscriptos mediante la hipnosis habitual en la que nos manejamos a lo largo del día pero no dejan de ser programas superficiales. Estos programas los llamo condicionamientos y dentro de su gradación, hay programas difíciles de modificar y otros sencillos.

Los condicionamientos más profundos e inscriptos en áreas subcorticales los adquirimos en momentos más vulnerables de nuestra vida: educación, familia, medios, etc. Estos condicionamientos conforman el hardcore de nuestra personalidad. Modificarlos es un trabajo difícil, pero no imposible.

El siguiente nivel son las impresiones. En ciertos momentos de nuestro desarrollo, nuestro ADN abre espacios de vulnerabilidad para que se inscriban instrucciones que son necesarias para continuar con nuestro desarrollo, es un feedback que necesita el organismo. Lamentablemente, en estos momentos de vulnerabilidad podemos adquirir impresiones desfavorables que se traducirán en miedo, timidez, sumisión, despotismo, estupidez, homofobia, etc. En realidad, no se puede decir que un imprint sea malo o bueno, solo que es funcional o disfuncional a las circunstancias. Ser gay actualmente puede ser normal y hasta funcional en ciertos círculos sociales, pero en hace 30 años era –para la sociedad- un signo de degeneración o enfermedad mental.

El metaprogramador asume un trabajo de introspección y modificación de sus programas. Primero, necesita un mapa para poder guiarse en el basto territorio de la psiquis humana. Luego, un plan, un objetivo hacia donde ir. En este campo, todo es discutible: usar el misticismo yogui y buscar la unión con lo divino, o la apoteosis del ocultismo de la mano izquierda, y convertirse en Dios; u objetivos más filosóficos, la ataraxia de los estoicos; etc.

Pero hay mucho territorio que recorrer y muchos programas que lo surcan y cuando nos involucramos en su exploración y cambio, también tropezamos con un problema básico: ¿con que herramientas contamos?

Hay muchas, muchísimas, yo me dedicaré a lo largo de este blog a contarles las que yo he usado o pienso usar. Pero algunas herramientas de metaprogramación las he mencionado: yoga, magick, chi kung, hipnosis, enteogenos, artes marciales, psicodrama, psicoterapias, alquimia y en cada uno de estas actividades hay todo un abanico de posibilidades, por ejemplo, el yoga cuenta con el hatha yoga, raja yoga, siddha yoga, mantra yoga, kundalini yoga, bhakti yoga, jnana yoga, etc etc; la magick reúne un amplia oferta: hermetismo, setianismo, ofidianos, luciferismo, satanismo, wicca, chaos magick, maat magick, thelema, etc; la hipnosis cuenta con terapias regresivas, visualización guiada, etc; los enteogenos con una variedad infinita: peyote, san pedro, psilocibe, cannabis, amanita muscaria, ipomea, LSD.

La mayoría de las formas de metaprogramación parecen incluir técnicas para ingresar en Estados Alterados de Conciencia (EACs), de los que hable en mi post anterior. En estos momentos extraordinarios, podemos reprogramar nuestra psiquis y quizás mucho más.

Pero además de ofrecer técnicas para ingresar en EACs, nos proveen de un mapa para movernos por el territorio. Una frase elemental en la metaprogramación, perteneciente al fundador de la Semántica General: Korzibsky, es “el mapa no es el territorio” y esto quiere decir que sea cual sea el mapa que usemos, nunca deja de ser un mapa y es imposible, a menos que crean en el conocimiento “iluminado”, saber si tal mapa es completamente correcto. Podemos experimentalmente, ponerlo a prueba, pero cuando lo que exploramos es un territorio tan inasible como la psiquis, difícilmente, podamos afirmar que nuestros experimentos hayan arrojados resultados objetivos, sea lo que sea esto. Es por esta razón que los mapas milenarios son los mas fidedignos, aunque muchos mapas modernos, nacidos como el de Ken Wilber, Grof o hasta el psicoanálisis, pueden resultar útiles en tanto entienden que la sabiduría de cientos de años de misticismo difícilmente pueda ser demolida por la joven y testaruda ciencia material-racionalista.

En mi caso, prefiero el eclecticismo y la síntesis. Buscar los denominadores comunes entre varios mapas y luego, como en toda disciplina académica-racional: coherencia, racionalidad y, cuando se puede, sustento científico.

Los mapas ancestrales suelen ofrecernos un objetivo final, un horizonte posible y un camino. Los Yogasutras para el yogini; el Liber Null para algunos magos del Caos; la obra de Crowley para un Thelemita; o la Tabla Esmeraldina para los Alquimistas.

Yo, en lo personal, como otros metaprogramadores, abogo por una síntesis practica. Alguna practica tradicional como yoga, aikido, zen, chi kung, con técnicas: hipnosis, control de los sueños, pero orientados por el programa clásico de la magick desde mi óptica de la Cabala.

Aquí les dejo algunos links para explorar más el tema:

El modelo de los Ocho Circuitos

http://en.wikipedia.org/wiki/8-Circuit_Model_of_Consciousness

http://www.phinnweb.org/neuro/8-circuit/

http://www.phinnweb.org/neuro/8-circuit/more.html

John Lilly

http://en.wikipedia.org/wiki/Human_Biocomputer

Programming and Metaprogramming in the Human Biocomputer de JOHN C. LLLY, M. D (http://www.futurehi.net/docs/Metaprogramming.html)

The 8-Circuit Model of Consciousness - a Lurker's Guide
by Paul Clark (http://www.phinnweb.org/neuro/8-circuit/lurkersguide.html)

Introducción a la metaprogramación de Meskalito

http://www.13t.org/decondicionamiento/forum/viewtopic.php?t=479

http://www.13t.org/decondicionamiento/forum/viewtopic.php?t=512

Bitacora Caotica

http://bitacoracaotica.blogia.com/2007/030702-la-metaprogramacion..php

The Self as Metaprogrammer (http://www.lvx23.com/words1.html)

El Manifiesto del Metaprogramador de Mark Grant

http://www.13t.org/decondicionamiento/forum/viewtopic.php?t=241

The Eight Basic Winner Scripts

http://www.phinnweb.org/neuro/8-circuit/winnerloser.html

Webs:

http://www.futurehi.net

www.decondicionamiento.org

www.theveritasacademy.net

www.alanwatts.net

www.swami-krishnananda.org

www.erowid.org

Bibliografia

Leary, Timothy - "Neurologic"

Wilson, Robert Anton - "Prometheus Rising", New Falcon Publications (online: http://www.solharvest.com/cclosers/RAWilson-Prometheus.pdf)

Lilly, John - "Programming and Metaprogramming in the Human Biocomputer"

Alli, Antero "Angel Tech...”